Queridos socios y asociados:
Recuperar el pulso
De golpe nos han achicado el espacio y hemos recibido una gran bofetada que nos ha dejado tocados. Una bofetada en nuestra salud y otra en nuestra economía y forma de vivir. Tenemos miedo, mucho que sentir y poco que decir, pero no podemos quedarnos parados sino recuperar el pulso.
La pugna entre potencias ha descuidado el sistema multilateral y se ha echado de menos un sistema global de respuesta ante la pandemia. Todos tenemos claro que la próxima vez no puede ser así. En cuanto a Europa, la crisis le ha cogido a medio camino, aunque el BCE ha puesto toda la carne en el asador y eso puede ayudarnos a manejar el precio de la enorme deuda que vendrá. En cuanto a nosotros, ni las cifras de la pandemia, ni la confusión de la gestión nos dejan en buen lugar.
En todo este follón, cuando pocas empresas apuestan ya por una recuperación en uve y nos sentimos noqueados por el ruido, me atrevo a compartir con vosotros algunas ideas:
- Conviene ser humildes ante la pandemia y reconocer el miedo para vencerlo, no negarlo, sino compartirlo, como han empezado a hacer las empresas para afrontar la reanudación de la actividad industrial con los niveles de seguridad posibles. Hacerlo con seguridad individual razonable y velar también por la seguridad colectiva del conjunto de la sociedad, que queda amenazada por la parálisis de la economía. Debemos encontrar un sentido común compartido para arrancar porque no hay manuales editados para gestionar esta crisis.
- Habrá que ver cómo se resuelve la tensión entre partidarios de la globalización y del proteccionismo, porque el virus ha dado argumentos a ambos. Quiero creer que las instituciones multilaterales, entre ellas la OMS y la OMC, se fortalecerán, en contra de lo que viene pasando en los últimos años. Europa deberá reservarse determinadas producciones y las empresas diversificarán más sus fuentes de suministro.
- Desde siempre -basta recordar el derecho romano y el derecho germánico- las sociedades han establecido diferentes equilibrios entre seguridad y libertad y esta será una cuestión crítica en los próximos años, debate en el que la tecnología y el uso que se haga de ella puede jugar un papel crucial. Ahora bien, este debate tiene sus límites y no puede utilizarse por listillos que pretendan ganar barlovento en la confusión del momento para reorganizar la sociedad a su manera. Confío en que nuestra sociedad sepa reaccionar y distinguir el trigo de la paja, para no dejarse achicar también el criterio y la capacidad de salir adelante, porque esa es precisamente la esencia de la sociedad que nos ha permitido llegar hasta aquí.
- Una nueva sociedad surgirá y quizás viviremos de un modo menos frenético y eso hará cambiar nuestras costumbres. Una nueva sociedad con amenazas y oportunidades en la debemos estar preparados para competir, sin esperar que nadie nos resuelva los problemas, ni nos achique el espacio de libertad como individuos y sociedad.
Hemos sufrido la pérdida de Ignacio Barainca, a quien dedico estas líneas que escribo de noche y me voy a dormir pensando en todo ello. Quizás por eso me despierto alterado con un extraño sueño en el que los presidentes de la Bilbaina, curtidos en mil batallas y ya fallecidos para los asuntos terrenales y ordinarios, se reúnen en las grandes crisis. Sólo en circunstancias excepcionales el primer Presidente, convoca y despierta a los demás y todos juntos descienden de sus retratos para reunirse en el Salón Inglés y analizar el asunto. Como en ocasiones anteriores, Máximo Aguirre lo acaba de hacer conforme al protocolo, a las doce de la noche del pasado sábado, cuando el viento sur calentaba la noche bilbaína. Hace doce años que no se reunía. Hay que reaccionar y volver a la carga, nos dicen. Hay que recuperar el pulso.
Pasará algún tiempo y recuperaremos la salud y la economía, volveremos a nuestras vidas y con ello a la Sociedad y cuando pase ante la galería de sus retratos, creeré adivinar que me siguen con sus ojos y asienten con la mirada, diciendo adelante.
Eduardo Mozo de Rosales Fano
SOCIO Y ABOGADO ECONOMISTA