Estimados socios y asociados:
Con cierto apuro, visto el buen uso que de esta tribuna han hecho los socios que me han precedido, me animo a aportar mi granito de arena para apoyar a la Sociedad en estos momentos de incertidumbre.
Algunos conocéis mi dedicación intensa a lo largo de estos treinta últimos años a la Santa y Real Casa de Misericordia de Bilbao. Unos pocos recordaréis que incluso tuve el atrevimiento de dar una charla sobre esta institución en los salones de la Sociedad. Siempre estaremos agradecidos en la Misericordia a la Bilbaina por habernos concedido el reconocimiento de la “Dama Bilbaína“.
Por ello os podéis imaginar la inquietud con la que estoy viviendo esta crisis, viendo todos los días las noticias que aparecen en la prensa y en la televisión sobre las residencias de mayores. Pasados unos primeros momentos de desconcierto e inquietud, puedo informaros que la situación en la Casa de Misericordia es estable habiendo registrado un sólo fallecimiento por coronavirus hasta la fecha.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la situación de las residencias de ancianos en España, y casi siempre en tono negativo. No se ha hecho hincapié en que sus usuarios son todos personas mayores, hoy en día incluso muy mayores y además enfermos que conviven estrechamente y necesitan ser atendidos en sus funciones personales. Tampoco los poderes públicos pertinentes han sabido dotar del material de protección sanitario preciso al personal de las mismas para protegerse a sí mismos y proteger a su vez a los residentes. Por lo tanto me parece un gran éxito el haber podido sortear esta situación con tanto acierto.
Espero que cuando la situación se normalice después de superar todas esas fases que nos van imponiendo, podamos seguir disfrutando de nuestra Sociedad Bilbaina en sus instalaciones tan acogedoras, aunque sea guardando las distancias.
Esta Sociedad ha pasado por muchas situaciones comprometidas y crisis varias, aunque ninguna tal vez de la gravedad de la actual. Siempre hemos sabido salir adelante con la ayuda de las juntas directivas del momento que han sabido adaptarse a los tiempos que les ha tocado vivir.
Hace pocos años hemos tenido un cambio muy importante en nuestra Sociedad, ya tenemos socias. Este año pasado he tenido en esta casa una experiencia impensable hace pocos años. He participado, cocinando únicamente el postre, en una comida en el txoko de esta Sociedad y con un grupo de socias y socios. ¡Manda huevos¡ que diría nuestro antiguo Ministro y Embajador, Federico Trillo. Quién lo hubiese dicho años atrás.
En una Sociedad en la que tienen lugar estas transformaciones, merece seguir adelante. Todos tenemos que colaborar con la Junta Directiva para que lo consiga.
Además este año próximo cumpliré una gran aspiración mía, ser por fin Socio de Honor de esta Sociedad. Un honor para cualquiera de nosotros.
Un abrazo a todos que espero pueda ser presencial y no virtual lo antes posible.
Antonio Barandiaran Prado
SOCIO Y EXPRESIDENTE DE LA CASA DE MISERICORDIA DE BILBAO