Querida Bilbaina:
SB (Sobresaliente)
¡Cuánto te echamos en falta!, y lo digo en plural porque creo que refleja el sentir de la mayoría de las personas que guardamos relación contigo de una u otra forma. Aunque bueno, tú también te has sabido adaptar al teletrabajo, como tantos de nosotros en nuestras respectivas profesiones, y así nos sigues acompañando de manera virtual en estos tiempos de confinamiento que ni en la peor de nuestras pesadillas habríamos imaginado. Con lo listos que éramos, ¡y no lo vimos venir! “Lo que se tarda años en construir puede ser destruido durante una noche, construyamos de todos modos” (Madre Teresa de Calcuta).
Pero tú, Bilbaina, has entendido muy bien que distanciamiento social no es lo mismo que aislamiento, y a través de la iniciativa “Seguimos en Sociedad“ que has puesto en marcha, has conseguido que nos mantengamos en contacto contigo. Ya he leído las cartas que te han venido escribiendo estos días socias y socios muy relevantes en sus distintas profesiones, por los que siento una gran admiración y respeto, además de cariño. Yo no me puedo medir con ellos, y solo intento repasar contigo alguna de las vivencias que hemos compartido juntas, querida Bilbaina. Y no, no voy a hablar del COVID-19 del cual creo que ya se ha dicho bastante en las cartas anteriores, salvo transmitir un R.I.P. a todos los fallecidos por su causa, y dar gracias a TODOS los que de una u otra forma han estado ahí cuando se les ha necesitado. “Yo puedo hacer cosas que tú no puedes, tu puedes hacer cosas que yo no puedo, juntos podemos hacer grandes cosas” (Madre Teresa de Calcuta), y así ha sido y sigue siendo.
Tú has sido testigo durante estos últimos 25 años de los grandes hitos de mi vida, tanto a nivel personal como profesional: la celebración de mi boda, cumpleaños y bautizos familiares, así como la de mi Tesis Doctoral, la de mi plaza de Profesor de Universidad, las comidas de Navidad del Claustro de Profesores de la Escuela de Ingenieros de Bilbao, las visitas con profesores de universidades extranjeras, las cuales eran siempre un éxito seguro, y así un largo etcétera , y espero que lo sigas siendo los otros próximos 25, aunque en estos momentos de incertidumbre, no sabemos ni lo que ocurrirá mañana. Fue San Ignacio de Loyola quien dijo: “Señor soy un niño. ¿A dónde me llevas?”.
A lo largo de esta trayectoria mi relación contigo ha ido variando, y de parientes algo lejanos hemos pasado a ser parte del núcleo familiar: primero acudía a nivel profesional, como Subdirectora de la Escuela de Ingenieros acompañada de algunos socios, ya que no podía ser de otra manera. Luego ya te visitaba como mujer de socio, ya que como sabes, un francés vino a Bilbao, por ver la ría y el mar, pero al ver las bilbainitas ya no se quiso marchar…… (creo que eso va por ti y por mí, Bilbaina). Ni te cuento cuando este francés se enteró de que el que fuera tu jefe de cocina entre 1900 y 1936, Monsieur Caverivière, era bordelés como él y además creador del bacalao al club ranero, por el que sentía y siente auténtica devoción. Y ya por fin, participo de tus actividades como Socia de pleno derecho. Desde aquí, gracias a todos los que han hecho posible que haya llegado a serlo.
Para mí, Bilbaina, eres mi otra Universidad. Desde que llego “aprendo saludando”. Asistiendo a sus charlas y conferencias “aprendo escuchando”, admirando sus obras de arte “aprendo observando”, en sus mesas de goma o mesas de socio “aprendo comiendo”, y ya no digamos con las catas que organizas, en las que “aprendo bebiendo”.
Antes de escribirte esta carta, querida Bilbaina, he estado corrigiendo y evaluando los exámenes que estamos realizando on-line durante estos días a nuestros alumnos de Universidad, y que nos está suponiendo un reto a todo el colectivo universitario, que espero superemos con nota. Tú si lo has superado querida Bilbaina, tu logo SB así nos lo dice. Para mí, quizás por deformación profesional, siempre ha representado un “sobresaliente” que tienes bien merecido. “Alcanza la excelencia y compártela” (San Ignacio de Loyola).
Hablando de logos, recuerdo cuando comentábamos los posibles regalos con el logo del 180 Aniversario: corbatas, pañuelos, etc. Quién nos iba a decir que igual habría que contemplar mascarillas. Esto ya es humor negro, pero también cruda realidad.
Aunque todavía no podamos ir a visitarte, no estás sola, querida Bilbaina. Te hemos dejado con la Amatxu, la Virgen de Begoña, cuya imagen se encuentra en el salón de TV de la 1ª Planta. Ella te acompaña y te cuida, así como a todos y a cada uno de nosotros. Además, tienes la tarea de custodiar la fotografía con el Papa Francisco y nuestro querido Obispo, D. Mario, que nos hicimos en el Vaticano en nuestro viaje a Roma el año pasado y que nos recibe al salir del ascensor en la 2ª Planta. Viaje inolvidable para todos los que lo vivimos y cuyos posos nos ayudan en estos momentos.
Adiós y buena suerte, como decían los Jedis en Star Wars: “May be the force with you! (Que la fuerza te acompañe!).
Mª Esther Gutiérrez Orrantia
SOCIA Y PROFESORA DE LA ESCUELA DE INGENIERIA DE BILBAO (UPV/EHU)