Carta de Dª Iratxe de Madariaga

Queridos amigos y amigas,

En primer lugar, quiero agradecer al Presidente por invitarme a participar en este foro, y espero aportar una visión de lo que significa para mí formar parte de nuestra querida Sociedad Bilbaina.

Cuando en 2014 supe por el anterior Presidente, German Barbier, que la tradicional Sociedad Bilbaina, iba a abrir la posibilidad de que entraran socias, me hizo muchísima ilusión y escribí una carta manifestando mi interés en entrar a formar parte de la misma. Esto fue en el mes de noviembre. Ya en junio de 2015, nada más abrirse el plazo, presenté mi Solicitud de Admisión en Secretaría, con la agradable sorpresa de ser esta la primera encima de la mesa. Un año más tarde, acudimos a la Asamblea General, por primera vez con socias, de la Sociedad Bilbaina.

Este club al cual entré a formar parte me había acompañado toda la vida.

Vengo de una familia tradicional, donde mis hermanos estudiaban en Jesuitas, mi hermana en las Esclavas y a mí me tocó en esa época las ikastolas que estaban en pisos particulares de la calle Elcano y Gran Vía. La fuerte tradición británica vivida en casa también hizo que todos los hermanos estudiáramos en Inglaterra varios años.

En nuestro Botxito, pasábamos la semana entre el colegio, las clases de música, el ballet, aprendiendo idiomas... Los domingos bajábamos a misa en San Antón, íbamos a tomar el aperitivo al Víctor en la Plaza Nueva, con sus puestos de numismática y pájaros, todo esto amenizado por los txistularis del pasacalle dominical.  A veces, como no, tocaba alguna comida en nuestro querido club, y a menudo ejercíamos de anfitriones del mismo con amigos que nos visitaban.

Pasó el tiempo, y aquí comenzó otra etapa. En esa época era bastante habitual que fuéramos a “La Bodega”, que alternábamos con el Club de Campo de la Bilbaína en Laukariz  que tenía su “boat” y organizaba también numerosas fiestas.

Y empezaron las galas de la Bilbaina para mí. Debo reconocer que me encantaban, era el acontecimiento social del año. Había diferentes galas por edades, así es que me enganché y seguí yendo a estas galas durante bastantes años. Te encontrabas con todo el mundo. Recientemente fui a varios “Revival” organizados, el primero en particular, fue bien curioso, pues era como las galas que recordaba de entonces, la gente de siempre, pero con “algunas canitas mas”.

Mi cariño hacia la Sociedad Bilbaina me venía también por mi padre, empresario y hombre de carácter, plentziano, y muy bizkaino en general, que también se reunía en los salones de la Bilbaina con temas empresariales, comidas de negocios o para tomar algo en el Bar Inglés.

También es notable reseñar, dentro de la influencia británica en Bilbao, que cuando se inauguró el aeropuerto de Vitoria-Gasteiz en 1980, la idea era que fuera el aeropuerto de referencia de Euskadi. Iberia comenzó a desplazar sus vuelos, y gracias a que British Airways se mantuvo firme en Sondika, mantuvo algunos. Esto, además, fue acompañado de una fuerte campaña liderada por la Cámara de Comercio, presidida entonces por mi padre, quien movilizó a los empresarios, agentes sociales e instituciones bizkainas. Gracias a todo esto hoy en día tenemos aeropuerto en Bilbao.

Hay muchos detalles que nos unen con los británicos: las regatas de primavera entre Deusto y la Escuela de Ingenieros en honor de las regatas de Oxford y Cambridge; la arquitectura de nuestros edificios; y hasta nuestro Athletic, fundado en 1898 por lugareños junto a ingenieros y estudiantes británicos que traían una pelota en su equipaje, y cuya sucursal en Madrid, nacería en 1903, siendo un mismo club entonces a todos los efectos. Los jugadores podían jugar indistintamente en uno u otro. Y como no, nuestra Sociedad Bilbaina, un autentico gentlemen’s club creado para los caballeros bilbaínos que regresaban de sus viajes a Londres y querían tener algo similar en el Botxo.

En estos momentos de confinamiento, os deseo lo mejor a todos. Parece que ya vislumbramos una leve luz al final del camino, que nos dice que pronto vamos a poder retomar mínimamente nuestros encuentros y vida social. Agradezco enormemente la activa y entusiasta participación de las socias en la vida de nuestro club. La gran acogida que he percibido por parte de los socios y el dinamismo de la Junta Directiva. Y como no podía ser menos, extiendo mi agradecimiento a los magníficos profesionales de este club que nos atienden con educación exquisita.

Finalizo manifestando que es un gran orgullo para mí ser socia de este magnífico club, que considero que es más que un club, pues es parte fundamental de la historia de nuestra noble Villa de Bilbao.

Iratxe de Madariaga Ibarra

SOCIA

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