Carta de D. Ramón Oleaga

Carta abierta a mis queridos consocios:

Fog in the channel. Continent cut off.

Vengo atendiendo con deleite las distintas aportaciones de mis consocios. Cartas de enorme apoyo y bonhomía. En ocasiones informativas. En otras, ocurrentes. Y siempre, siempre, de entretenida lectura.

Ayer mismo, sumergido en la lectura de las más recientes comunicaciones me vino a la mente el famoso titular periodístico que encabeza mi carta. El titular, como sabéis, parece ser apócrifo. Ni el Times ni el Daily Mail, que habitualmente se citan como fuente, parecen haber encabezado ningún artículo de esta forma. Pero ciertamente, refleja de forma acertada un determinado carácter. Se me antoja, además, apropiado pues no podemos olvidar la seña de identidad de espíritu británico que caracteriza a nuestra Sociedad.

Bien, no es en la posible acepción de prepotente aislamiento la faceta que llama mi atención sino en su sentido más amplio de que a pesar de las adversidades la vida continúa. La de no dejarse vencer por un problema, por muy relevante que éste pueda parecernos. La de aplicar un tenaz y orgulloso espíritu de supervivencia, y de normalidad, en la peor de las circunstancias.

Y esto es precisamente lo que me suscita nuestra Sociedad Bilbaina. Nuestra constante determinación a superar el duro trance que el presente nos pueda deparar para, sin renunciar a nuestras raíces, proyectarnos hacia el futuro. Siempre ha sido así. Siempre hemos poseído este afán de permanencia Y esto, estos valores compartidos, son en mi opinión una de las claves de nuestra unión.

Ya en otras ocasiones el mundo se detuvo, y nos aisló en confinamientos de distintos estilos, pero la Bilbaina continuó. Nuestra ya casi doblemente centenaria historia nos deja muy distintos ejemplos. El Sitio de la Villa, la gripe del 18, la actual pandemia viral… Recuerdo haber leído una anécdota menor con ocasión de los bombardeos del 74. Una granada explotó entonces en la sala de billar, inutilizando la mejor de sus mesas. En la inmediata Junta se convino la forma de recomponer el destrozo, al tiempo que se acordó gratificar a los empleados que habían atendido las instalaciones.

Estos mismos socios que expresaban su preocupación por sus elementos de ocio y la atención de las personas son los que durante la vigilia, ayer como hoy, cumplían, incluso heroicamente, con sus obligaciones ya familiares, ya profesionales.

Porque no olvidemos que nuestro artículo fundacional recoge como ‘objeto’ de la Sociedad ‘la lectura y el recreo’. Y que aún en tiempos de tribulación lo que pueda parecer nimio puede ser atendido. Y que indudablemente coadyuva al resto de esferas de la personalidad de cada uno de nosotros.

Con todo ello pretendo poner de manifiesto que la vida en el exterior puede congelarse pero el interior de la Sociedad, no necesariamente su espacio físico, continúa.

Efectivamente, en estos momentos de confinamiento la Sociedad ha sabido aprovechar las nuevas tecnologías, posibilitando que el ‘interior’ de nuestra Sociedad ya no sean nuestros salones o nuestra sala de billar. Que el ciberespacio devenga en nuestro lugar de encuentro. Y a través de este medio nos hemos encontrado propuestas relacionadas con la música, el cine, el bienestar corporal, el cultivo de las ideas, la práctica deportiva…  un elenco de actividades particularmente amplio que nos ha permitido continuar estos dos últimos meses nuestra vida en Sociedad, al tiempo que seguimos atendiendo nuestras distintas obligaciones.

Mi homenaje para todos los que lo han hecho posible. Qué sería de nuestra querida Sociedad sin los desvelos de aquellos sobre quienes recae la responsabilidad del día a día: Directiva, Gerencia, Empleados, Proveedores y todos y cada uno de los Socios. Todos ellos ya en el siglo XIX o en la actualidad han sabido mantener el pulso de la entidad en los momentos más difíciles

Queridos amigos y amigas, un orgullo ser vuestro compañero. Un orgullo formar parte de este grupo de Bilbaínos que casi doscientos años después responde, todavía, al espíritu de nuestros padres fundadores.

La niebla, el virus, nos impide la normal relación con el resto del mundo pero la Bilbaina, hoy como siempre, se mantiene en Sociedad.

Ramón Oleaga Páramo

SOCIO, MIEMBRO DE LA COMISIÓN DE ADMISIÓN Y ABOGADO

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