Queridos socios y asociados:
Recibo la carta de apoyo y ánimo que nos envía el Presidente de la Sociedad Bilbaina.
Vaya por delante mi agradecimiento por el contenido de la comunicación y por su oportunidad y sensibilidad.
Con este motivo me viene a la memoria un viejo relato. Cuenta que hace unas décadas anunciaron lluvias torrenciales tan feroces que iban a anegar todo el planeta en solo tres días. ¡Un segundo diluvio universal! El Gobierno, con buen criterio entonces, decidió llamar a los representantes de las tres religiones más universales para que por televisión se dirigieran a los fieles en tan duro trance.
El Dalái Lama dijo: "es el momento de alcanzar el equilibrio de la flor de loto haciendo introspección y yoga hasta fundirnos con la naturaleza".
El Papa, por su parte, encareció a los fieles a poner en orden su conciencia y a volver los ojos al Dios de la misericordia. Muy bien, era un mensaje extraordinariamente valioso y espiritual.
El Gran Rabino apareció en pantalla, se remangó y dijo: “¡hermanos, tenemos tres días para aprender a nadar!”.
Bien, pues esta pandemia, que tiene aspectos crueles, puede ayudarnos a sacar de cada uno el mejor “yo” posible de los que llevamos dentro, que es tanto como aplicar el resultado de la fusión de los proyectos de los tres líderes religiosos mundiales: ponernos en paz con Dios, con nosotros mismos y con los demás y con la naturaleza. Pronto quedará atrás la pandemia y solo será un recuerdo, pero mientras dure seamos fuertes en el cuidado de nosotros mismos, en la ayuda a los demás (que puede realizarse a través de muy variadas fórmulas) y en nuestra confianza en Dios.
Recordad una vez más la obligación moral (y legal) de protegernos para así también proteger a los demás.
Un abrazo muy fuerte a todos,
Ramón Múgica Alcorta
EXVICEPRESIDENTE