Carta de D. Manuel Ardanza ⁣

Estimados amigos y socios:

Es recurrente y habitual que surjan diversas y múltiples reflexiones en los difíciles momentos actuales, así se comenta: a) la importancia del interés general sobre el particular; b) la prelación de valores, entre ellos la importancia de la humildad, y el decaimiento de la prepotencia y la soberbia característica de nuestra sociedad; c) los efectos desmedidos de una globalización sin criterios de sostenibilidad –una auténtica vergüenza que Europa sea incapaz de producir mascarillas, y/o las máquinas que las producen, o la vestimenta necesaria, o los respiradores, etc.–. Y el resto de reflexiones que obviamente nos evoca el análisis de nuestra sociedad.

También se reconoce de manera mayoritaria, la respuesta que muchas empresas han sabido llevar a cabo, a través del trabajo telemático. El teletrabajo está confirmando su eficacia y agilidad, demostrando ser una herramienta útil no solo para estos momentos, siendo una herramienta cuya utilización en un futuro próximo pueda ser un método habitual del desarrollo de la actividad.

Pero la mayor incertidumbre la provoca el “Día Después”, mejor dicho el tiempo en el que de alguna forma se considere normalizado el desarrollo de nuestras actividades cotidianas. Los meses de adaptación a la nueva realidad van a ser arduos y difíciles, nos vamos a enfrentar a un desarrollo económico mermado, en un marco macro y micro más complejo que el que teníamos hasta hace unos días (una Deuda Pública desbocada, niveles de paro sin parangón, y con una profundísima crisis en determinados sectores: hostelería, turismo, transporte, restauración y ocio). Pero es más cierto (permitirme pecar de optimista), que sin perjuicio de lo señalado, también se abran nuevas oportunidades con la renovación y/o creación de nuevas empresas, para ello es indispensable un gran nervio empresarial y un apoyo extraordinario desde la Administración Pública a la financiación de los proyectos que vayan surgiendo, esto es, crédito y liquidez con el complemento de financiación que suponen los mercados de valores.

El esfuerzo, el trabajo bien hecho, con unas dosis de atrevimiento y optimismo, han sido y son la base de nuestro bilbainismo, y por ende de nuestra querida Sociedad Bilbaina, ejemplo de armonía, cultura y convivencia, con una fe en el porvenir motivada por nuestra solidez y por los ejemplos vividos a los ya largos años de nuestra historia.

La anunciada intervención del Banco Central Europeo, el esfuerzo del ICO, las ayudas del Gobierno Vasco a las Pymes y sobre todo la fuerza empresarial de nuestro entorno que deberá actuar en colaboración con todos los agentes sociales de nuestra sociedad, nos permite pensar que aunque tendremos que pasar un tiempo duro y difícil el futuro puede ser prometedor. En este aspecto los mercados de valores pueden coadyuvar a que mencionado futuro sea lo más próximo posible y podamos volver a una sociedad próspera y con medios materiales suficientes para mantener nuestro estado de bienestar. Pero todo ello con la lección bien aprendida de la dura experiencia actual.

Por último, y de forma muy especial, un recuerdo para las personas que nos han dejado, acompañando en el dolor a sus familiares y amigos, con un reconocimiento para todos aquellos que están dando todo lo mejor para que finalice este drama inesperado y sobrevenido.

Manuel Ardanza Fresno

SOCIO Y PRESIDENTE BOLSA DE BILBAO

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