Queridos socios y asociados:
Es difícil y, sin duda, un atrevimiento por mi parte, el tratar de continuar una cadena de cartas en la que han participado desde el Capitán de los empresarios españoles a algunas de las más ilustres y brillantes cabezas de nuestra Sociedad.
Yo, ya con el pelo como el de Beethoven en pleno éxtasis inspirativo, lleno mi día intentando desarrollar algo de teletrabajo, escuchando música, sobre todo barroca (y, ¡sí!, ya he escuchado el barroco del Perú como me recomendaba uno de nuestros queridos asociados) y leyendo periódicos y libros (por fin he acabado la biografía de Churchill de 1.300 páginas). Estoy ahora mismo con el Hernán Cortés de Ramón Tamames (que cabeza magnífica la de nuestro Socio Honorífico y que bonhomía y simpatía la suya, ¡un 10!). Supongo, además, que, como muchos de vosotros, colgado del teléfono móvil y de la información en las redes, viendo películas y series en familia o jugando a las cartas, a las que siempre pierdo, y aplaudiendo todas las tardes a las 8 p.m. a aquellos que tratan de cuidarnos o de mantener un mínimo vital en esta sociedad nuestra.
En estos días de forzado encierro, recuerdo y echo de menos las magníficas "Mesas de Goma" (la de Inas Marco-Gardoqui o la de Pedro Luis Uriarte junto a otras muchas); echo de menos la magnífica comida de Carmelo y su equipo; pero echo muchísimo de menos aquello que ha pasado a formar parte de mi querida rutina: los saludos en el hall de entrada, el café siempre agradable en el Bar Inglés y el esfuerzo y las charletas compartidas con mis compañeros de fatigas en el gimnasio.
Siempre hemos comentado que lo que hace más cercana, más nuestra a la Sociedad, es nuestra gente, el personal; por supuesto, colaboran también al magnífico ambiente existente y el edificio que es una auténtica bombonera.
En estos momentos de incertidumbre y de reflexión, ayuda, sin duda, el tener un asidero, el recuerdo y la esperanza de volver a compartir momentos, muchos buenos momentos con todos vosotros.
Espero que podamos vernos lo antes posible. Mientras tanto, sólo un ruego: cuidaos mucho y, cuando esto acabe, nos volveremos a encontrar y volveremos a compartir gratos momentos en nuestra Bilbaina.
Un abrazo para todos, de momento espiritual,
Luis Eguiluz Zobaran
VOCAL