Carta de D. Juan Carlos Grijelmo

Queridos amigos:

Me gustaría aprovechar estas líneas, en tiempos tan turbulentos, para compartir pensamientos positivos e ideas que nos pueden ayudar a dejar el pesimismo y encontrar el punto de apoyo desde el que se pueda impulsar un nuevo futuro.

Primer pensamiento

Va dirigido a nosotros mismos, los socios. El socio de la Bilbaina tiene una media de edad de casi 60 años. Esto significa, en muchos casos, que los socios somos “jefes de clan”. En esta ¿crisis? ¿cambio de paradigma? el rol que debemos jugar en nuestro entorno más cercano es crítico. Nos convertimos en una pieza clave para superar esta situación. Identificar nuestro papel debe ser una  tarea personal primordial. Debemos de ser la clave de bóveda del clan.

Unas pistas: con la edad los egos desaparecen y la generosidad se agranda; tenemos experiencia y sabemos que después de la tormenta viene la calma; tenemos que dar ejemplo de sosiego y perspectiva ante los más jóvenes; tenemos que predicar con mesura y desdramatizar las situaciones; animar al cambio y la adaptación; debemos de contagiar de ánimo para encontrar las oportunidades que se presentan. Animar, modular, guiar. Las miradas del clan irán a buscarnos. Apliquemos la sabiduría de la edad, la serenidad, las actitudes positivas y constructivas.

Un último apunte referente a la resiliencia, que es “la capacidad que tiene una persona o un grupo de recuperarse frente a la adversidad para seguir proyectando el futuro. En ocasiones, las circunstancias difíciles o los traumas permiten desarrollar recursos que se encontraban latentes y que el individuo desconocía hasta el momento. También indica volver a la normalidad. Resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa "saltar hacia atrás, rebotar". Pues bien, para fortalecer la resiliencia del clan hace falta liderar, y ahí estamos nosotros.

Conclusión: somos más necesarios que nunca. Esa es una buena noticia.

Segundo pensamiento

Todos necesitamos echar mano de procesos inteligentes que nos abran ventanas de esperanza e ilusión. Se me ocurre que podríamos recurrir a la “prospectiva”, entendida como “Conjunto de análisis y estudios realizados con el fin de explorar o de predecir el futuro en una determinada materia” según la RAE.

Otros lo ven así: “El propósito de la Prospectiva, y de aquí el paradigma propio, es preparar el camino para el futuro adaptándolo como objetivo (deseable y posible). La prospectiva guía las acciones presentes y el campo de lo ¨posible¨ del mañana. ... valores y reglas de decisión para alcanzar el mejor futuro posible”.

A mí me gusta mucho como la define Michel Godet: “La prospectiva, sea cual sea, constituye una anticipación (preactiva y proactiva) para iluminar las acciones presentes con la luz de los futuros posibles y deseables. Prepararse ante los cambios previstos no impide reaccionar para provocar los cambios deseados”.

Tomar conciencia de que nuestros actos de hoy conforman nuestro futuro nos tiene que llenar de responsabilidad y de ilusión pensando que el futuro depende de todos nosotros y no de unos pocos.

Tercer pensamiento

Oxigenemos nuestras cabezas. La intoxicación nos crea problemas falsos. Para ello me voy a limitar a señalar tres temas que se están debatiendo ahora. Son los llamados “falsos dilemas” que se manipulan como pensamientos aceptados para sacar réditos políticos y justificar intereses mal intencionados.

1.- ¿Privacidad o seguridad? Falso dilema. Yo quiero seguridad (carnet sanitario; control de contagios; garantías de no estar con personas contagiadas; etc.) y que esos datos personales míos sean tratados con todas las garantías de la LOPD. El falso dilema los plantean quienes quieren aprovechar esta crisis para tener acceso a esos datos con finalidades distintas a las necesarias, o para retroceder en el derecho a la privacidad.

2.- ¿Más contagios o pobreza generalizada? Falso dilema. Es un dilema corrosivo que lo airea el incompetente político de turno. El contagio masivo es inaceptable, y parar la economía es un suicidio colectivo. Una gestión con los medios materiales necesarios debe lograr controlar la pandemia y no parar en seco la economía. Es un problema de gestión, y es lo que hay que exigir. Que no nos pongan entre la espada y la pared para elegir una cosa o la otra. Es inadmisible.

3.- ¿Autarquía o globalización? Falso dilema. Este dilema lo ponen en la mesa, con poca vergüenza, los que quieren forzar un cambio de modelo productivo con apoyo público pero en contra de la competitividad, que al fin y a la prostre supone encarecimiento de precios para el consumidor. Los intercambios en el comercio internacional deben continuar. Aunque será necesario determinar ciertas políticas de autoabastecimiento para asegurar unos mínimos de seguridad, como ha pasado ahora con el material médico.

Los grandes dilemas aireados en situación de crisis es la antesala para los cambios poco claros.

Cuarto pensamiento

Parece que estamos ante un cambio de paradigma. Identificarlo, analizarlo, aceptarlo y gestionarlo será el apasionante reto que tenemos por delante.

El Estado solo es un facilitador del cambio, pero los actores, con sus ideas, tesón y constancia, somos nosotros, los verdaderos artífices para salir de esta.

Por eso hay que exigir que “facilite”, solo eso; que no nos “planifique”, que suena a muy rancio y superado.

Un abrazo.

Juan Carlos Grijelmo Mintegui

SOCIO Y ABOGADO ECONOMISTA

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