Estimadas socias y socios:
La iniciativa de nuestro Presidente Antón Pérez-Iriondo de crear este pequeño foro de reflexión en la actual situación inédita de cierre de nuestra Sociedad nos ha abierto la posibilidad de que el espíritu reflexivo pueda tener un hueco de expresión entre nosotros los socios y socias y por ello quiero manifestar mi más sincero agradecimiento.
Como bien se viene relatando en otras intervenciones, nuestra Sociedad Bilbaina a lo largo de su historia, y como institución de la sociedad civil bilbaína, ha vivido situaciones terriblemente convulsas, de las que ha sobrevivido e incluso ha salido fortalecida, por ese espíritu de progreso, de emprendimiento, de defensa de los valores culturales y de la libertad de expresión que han formado parte de su naturaleza intrínseca como sociedad cultural y de recreo.
Pero lo que estamos viviendo actualmente, además de la gravísima situación sanitaria, que esperemos se solucione lo antes posible, tiene visos de convertirse en un antes y un después en la forma de concepción de nuestra sociedad que va a afectar directamente en la naturaleza de las instituciones culturales como la nuestra.
La situación de cierre forzoso de los locales de reunión, junto con el confinamiento social, supone un aislamiento forzoso de las personas, por un lado, y una dependencia prácticamente total de las mismas de los medios digitales para su comunicación con el exterior.
Esta última, la dependencia digital impuesta en casi todos los órdenes de la actividad, que no es nueva, con la argumentación viciada de un virtual acceso a toda información, en el mundo de la cultura está destruyendo progresiva e imparablemente la verdadera esencia del hecho cultural: la transmisión DIRECTA Y PRESENCIAL del hecho artístico, sea teatral, operístico, musical, pictórico, plástico, etc. desde sus autores o creadores al público.
Situaciones como la actual suponen un impulso decisivo para que los hábitos del público se modifiquen, y se produzca la confusión entre lo real y lo virtual en cualquier manifestación cultural; conociendo las obras artísticas a través de plataformas, montajes de video, presentaciones mediatizadas siempre por intermediarios, y con la falsa creencia de que lo que se emite en las diversas pantallas es la propia realidad pero que impide, por sustitución, la visión de primera mano de los actos culturales, creando una visión distorsionada y diferente a la propia creación del autor de la obra, que requiere la relación directa artista (emisor) y público (receptor) así como el entorno donde se exhibe la obra o representación, el silencio, la concentración, etcétera.
Nuestra Sociedad Bilbaina, defensora históricamente de la libertad de pensamiento, tiene ante sí un reto ante el futuro. Nuestros locales han sido refugio de encuentros vis a vis con eminentes personas de la cultura, de la política y del pensamiento, así como de manifestaciones artísticas, musicales, teatrales en vivo y directo, en los que se da la comunicación artista-público.
¿Podremos seguir haciéndolo en un futuro? ¿O formaremos parte de un escenario donde los hechos culturales, previamente seleccionados, se produzcan para su emisión por vía digital ya que no se van a poder realizar encuentros presenciales porque el público acabe no saliendo de sus casas, para verlo todo a través de pantallas?
Quizá contra las corrientes actuales de absoluta digitalización de los hechos culturales, como meros objetos de consumo, considero que el apoyo y esfuerzo de nuestra Sociedad Bilbaina, al mantenimiento y potenciación de actos culturales presenciales pudiera considerarse un objetivo prioritario, porque de otra forma podría perderse la razón de su propia existencia como sociedad cultural y de recreo.
Asier Loroño Mugarza
SOCIO, MÚSICO Y ABOGADO